Dr. Virgilio A. Cordón
“Como consultor, no es difícil encontrar empresas en donde los colaboradores trabajan intensamente por alcanzar sus metas. Sin embargo, los dueños y gerentes consideran que, a pesar de ello, no logran mejorar sus resultados.”
Debemos empezar por entender que el trabajo duro implica dos áreas: el esfuerzo por rendir y el esfuerzo por mejorar. El trabajar por el rendimiento, implica hacer esfuerzos por cumplir un listado de tareas pendientes interminable que absorben la totalidad de nuestro tiempo con tal de cumplir una fecha de entrega determinada. Este tipo de trabajo nos enfoca en hacer las cosas y puede hacernos sentir que somos productivos, pero solo nos lleva a trabajar arduamente y, aun así, sentir que nos quedamos atrás, sobre todo, en estos tiempos de cambio continuo.
El trabajar por mejorar (aprendizaje), nos permite hacer las cosas más eficientemente y por lo tanto en menos tiempo, aumentando las posibilidades de que tengamos mejores resultados. A continuación, le comparto cinco ideas que le pueden servir para que pasen del área de rendimiento al área de mejora, lo cual les ayudará a promover el cambio y el crecimiento.
“En nuestra cultura nos enseñan desde pequeños que tenemos que trabajar mucho para rendir y así alcanzar los resultados que queremos en la vida. Sin embargo, el esfuerzo por aprender nos hace más productivos y evita que seamos ineficientes con nuestro tiempo laboral.”
1. Prepare el cambio para aumentar el aprendizaje.
El trabajar duro con lo que sabemos para hacerlo de la mejor forma posible funciona bien cuando somos novatos, pero ese enfoque puede provocarnos estancamiento. La mayoría de nosotros no podemos darnos el lujo de dedicar mucho tiempo a aprender nuevas habilidades. Por lo que para acelerar nuestro desarrollo debemos hacer las cosas de manera que también conduzcan a la mejora, es decir: aprender mientras hacemos. Esto significa fijar metas desafiantes y al mismo tiempo, prestar atención a lo que podemos aprender y cambiar (aprendizaje continuo).
Para que su equipo pase del rendimiento crónico al aprendizaje mientras hace, usted como líder debe: reforzar el objetivo de mejora continua como uno de los principales, abrir espacios entre los gerentes para explorar formas colaborativas entre las diferentes áreas, escuchar a sus clientes para entender qué cambios necesita su producto o servicio, etc.
2. Incorpore oportunidades y herramientas de aprendizaje en el día a día.
Utilizar procedimientos estándar, indicadores, reuniones semanales con agendas establecidas, procesos de planificación estratégica, etc. son esenciales. Pero también podrían utilizarse para establecer rutinas de mejora continua tales como incluirlos como tema de agenda en las reuniones, evaluar si los procesos actuales aún son funcionales, designar líderes de proyectos nuevos, etc.
3. Como líder debe modelar con el ejemplo.
Usualmente a los líderes les gusta que los perciban como competentes, responsables y empáticos, pero rara vez como una persona que continúa su desarrollo profesional. Para crear una cultura de aprendizaje debemos mostrar que nosotros mismos seguimos aprendiendo sobre nuevas o mejores formas de hacer las cosas, que nos esforzamos por ser mejores lideres, que usamos mentores para compartir ideas, que estamos dispuestos a aprender de nuestro equipo, etc. Créame que, al contrario de mostrarse vulnerable, será visto como modelo de aprendizaje y su equipo seguirá su ejemplo.
4. Refuerce la comunicación sobre la cultura de cambio.
Cualquier iniciativa de cambio requiere de mucho refuerzo en los colaboradores, sobre todo al inicio. Cada vez que tenga la oportunidad, aproveche para que el equipo analice los resultados y evalúen cuál es la mejor forma de aprender de los errores para hacer los cambios necesarios. Recuérdele a su equipo que el cambio y el aprendizaje son valores que la organización evalúa y reconoce.
5. Revise periódicamente sus rutinas y sistemas de aprendizaje y rendimiento y analice qué ajustar.
Si su equipo trabaja de la misma manera hoy que el año pasado, probablemente no ha mejorado. De hecho, probablemente se haya vuelto menos efectivo, ya que el mundo ha cambiado y su equipo no. Quizás dedica demasiado tiempo a las reuniones a comunicar cosas que podrían comunicarse de manera más eficiente. Mejor utilice las reuniones para compartir lo que hacen y cómo trabajan para cambiar y así fomentar el pensamiento sistémico y la colaboración interfuncional.
Sobrevaloramos el presente a consecuencia de un futuro, por lo que los sistemas no se desarrollan para para la innovación y el aprendizaje. La organización típica aún considera que el aprendizaje afecta al rendimiento actual, por lo que el presupuesto de inversión en capacitaciones y modelos de mejora siempre son dejados como última prioridad. Las investigaciones muestran que las organizaciones con mejor desempeño son los que son activos en procesos de innovación y capacitación continua. No se trata de duplicar esfuerzos, se trata de aprender mientras trabajamos. Éxitos.
Dr. Virgilio A. Cordón 